EL MUNDO - SAN JUAN, PUERTO RICO - LUNES, 1 DE OCTUBRE DE 1945
La suspensión del servicio de tranvías entre San Juan y Santurce, acordada por la Junta de Directores de la Autoridad de Fuentes Fluviales y anunciada hace dos semanas por el Gobernador de Puerto Rico, ha sido acogida con muestras de desagrado por gran parte del público que hace uso diario de estos tranvías; y por el personal de la Autoridad que trabaja en el funcionamiento y reparación de los mismos.
La opinión sustentada es que, de suspenderse el servicio a fines de noviembre próximo, la Autoridad de Transporte, por el limitado número de autobuses con que cuenta, no podría prestar un adecuado servicio substituto, especialmente en la ruta del Condado y la Calle del Parque. Sería necesario, según se afirma, que dicha Autoridad de Transporte contara con treinta o cuarenta autobuses del nuevo modelo para reforzar las rutas de Río Piedras y la Calle de Loíza, al mismo tiempo que para cubrir adecuadamente la ruta del Condado.
Hemos hablado con empleados de la Autoridad de Fuentes Fluviales y muchos de estos creen que a pesar del acuerdo de la Junta de Directores y del "marcado interés que tiene don Antonio Luchetti” de suspender el tranvía, no podría hacerlo en la fecha indicada a menos que decidiera exponerse a un brote de protestas “por haber dejado al público sin un servicio al cual es acreedor, aún cuando el mismo origine pérdidas "que son compensadas con creces con los ingresos que produce la venta de energía eléctrica para alumbrado y fines comerciales".
Varios de estos empleados, quienes por obvias razones nos han suplicado no revelar sus nombres, aseguran que la decisión sobre la suspensión del tranvía no es más que la culminación de una serle de sucesos, encaminados directamente hacia la eliminación de estos vehículos de transporte de pasajeros en el área de la Capital. Mencionan, en primer lugar, la orden de suspensión del pasado año, con motivo de la sequía prolongada que afectó Puerto Rico y "la falta de interés que la dirección del carro eléctrico ha puesto en que los tranvías sean puestos en condiciones para que ofrezcan un servido eficaz a los habitantes de San Juan".
"Se alega, -nos dicen,- que no ha habido materiales para reparar los tranvías. Eso no es cierto. Ha habido materiales, pero no el deseo de que tales reparaciones se lleven a cabo. En el almacén que la AFF tiene en Puerta de Tierra, pueden verse esos materiales y algunos, que no hay allí, pueden comprarse en el mercado local".
Explicándonos por qué hay tranvías sin cortinas en sus ventanillas, se nos asegura que el material para ellas lo hay en Puerto Rico, pero que los directores de la Autoridad de Fuentes Fluviales han insistido en que tales materiales no se consiguen, ofreciendo esto como excusa para el estado lamentable en que los carros han venido prestando servicio en los últimos meses.
“Por qué no se hacen cortinas de pantasota? -preguntó un empleado.- Ya se experimentó con esa dirección y el resultado ha sido satisfactorio. De hecho las cortinas de pantasota son más resistentes e impermeables que las de lona. La Autoridad tiene de este material y no ha querido usarlo".
En cuanto al estado en que se encuentran los techos y pisos del tranvía, para arreglar los cuales lo que se necesita es madera, se nos informa que "si no se han reparado éstos es porque no les ha venido en ganas a los señores de la Autoridad, porque fue posible obtener madera durante la guerra y porque en la actualidad no hacen falta prioridades para comprarla".
Un chaparrón en el trole
Este redactor fue testigo de cómo se mojan los tranvías, cuando viajando en un trole hacia Santurce, cayó un aguacero con fuertes ventarrones. Las cortinas del trole no eran suficientes; una senora, que iba ocupando el segundo asiento a la derecha, tuvo que abrir un paraguas para evitar mojarse con el agua que penetraba por la primera ventanilla, la cual no tenía cortinas.
Otras, con cortinas y todo, daban paso al agua, mojándose el pasaje que en aquellos momentos era numeroso. El agua corría por el piso del trole y del techo caían goteras de agua sucia.
Pusimos esta situación en conocimiento de varios empleados de la AFF, quienes nos manifestaron que hay materiales para evitar tal cosa", pero que "la Autoridad se empeña en no hacerlo, a fin de que el público se canse de usar los troles y acabe por convencerse de la inutilidad de éstos".
"Hay traviesas y ralles para reparar las vías -nos dijeron- hay motores, en suficiente cantidad para substituir los más viejos. Estos motores son hechos en nuestro taller de reparaciones en el terminal de la Calle del Parque".
Giramos una visita a dicho lugar. Los ranchones que sirven de taller tienen los techos -que son de zinc acanalado- corroídos por el salitre. Estos ranchones están en malísimas condiciones. "Vea usted- nos explicó un empleado. -Hace algún tiempo se dijo que iban a construir ranchones nuevos para instalar en ellos la maquinaria y los talleres. Por una razón o por otra, nada se ha hecho. Como usted puede ver, estos talleres están expuestos a caer en pedazos en cualquier momento. Todo esto parece indicar que lo que la Autoridad desea es que se caigan para que, poco a poco y como se ha venido haciendo con el trole, desaparezcan finalmente".
Los tranvías que se están usando actualmente son los mismos que prestan servicio desde hace más de treinta y cinco años. Hace algún tiempo había nueve cubriendo la ruta: hoy quedan siete, de los cuales casi siempre hay cinco funcionando y dos en reparaciones". Hace muchos años, además, se empezó a "hacer un tranvía". El trabajo iba bastante adelantado, pero fue suspendido y el trole, o mejor dicho, su armazón externa está en el patio de reparaciones, detrás de uno de los talleres. El experimento, que parecía iba a dar resultado, fue suspendido...
Actitud de la Unión
En cuanto a la actitud que habrá de asumir la Unión de Empleados de la Industria Eléctrica, (FLT) ante la posible suspensión del tranvía, nada se ha dicho aún. El presidente del Consejo Insular, señor Swithern Perélez, nos informa que este organismo se reunirá en el local de la Unión en Santurce, para considerar la situación. Se han adelantado varias alternativas para solucionar el problema de cesantía del personal del trole cuando éste haya sido suspendido.
Una de ellas es que la Autoridad de Transporte absorba el personal. Esto, tenemos entendido, podría traer como resultado una pugna entre la Unión de Empleados de la Industria Eléctrica y la Unión de Chóferes y Mecánicos Núm. 1 de San Juan, con la cual tiene firmado un convenio colectivo la AT. El presidente de esta unión, señor Raimundo Lebrón manifestó a este redactor, que en dicho convenio la Autoridad de Transporte se compromete a negociar colectivamente "sólo con nuestra unión, la cual ha sido reconocida como unidad contratante". Añadió que en caso de que los empleados del trole pasen a la Autoridad "tendrían que hacerse miembros de nuestra unión para poder trabajar. Nosotros no nos opondríamos a que trabajaran, pero insistiríamos en el fiel cumplimiento de la cláusula de taller cerrado de nuestro convenio".
Otra alternativa es que la Autoridad de Fuentes Fluviales emplee este personal en alguna otra actividad, asumiendo así la responsabilidad de una nómina sin los beneficios de los ingresos que produce el tranvía. La tercera es que los empleados que tengan más de sesenta años de edad, sean jubilados y los otros reciban un mes de sueldo y cesen en su empleo.